Navigating Nicaragua

Thanksgiving: Not Hashtag Blessed

Evacuating communities prior to Hurricane Iota Photo: JP+

Evacuating communities prior to Hurricane Iota Photo: JP+

After I had posted on social media about the destruction of Nicaragua by back-to-back hurricanes Eta and Iota, someone commented, “I’m so grateful I don’t live there!” 

A big part of my life for the past 20 years has been working to educated folks in the global north about realities in Nicaragua, and I understand that most people in the developed world have no experience with the developing world and therefore I try hard not to judge, and to meet them where they are. But when I read that comment, I began to get really angry.

I’m used to being on the receiving end of pity – “Oh my God, you poor, poor things!” – and while feeling pitied is certainly unpleasant, it’s a huge step up from the reaction, “Thank God it’s not me.” 

After some consideration, I think this sentiment can best be described as the “#blessed mentality.” As in, “Just bought a second home #blessed!” It’s the idea that you deserve everything you’ve got because God loves you best. If you have that attitude, when you hear about folks not doing so well – for example after Hurricane Iota in Nicaragua 21 people dead, 12,000 people still in emergency shelters, thousands who lost their food crops – you might say, “OMG, thank God that’s not me, I’m #blessed” and you move on with your life while your Nicaraguan brothers and sisters languish.

This #blessed mentality should not be confused with gratitude, or even with actually being blessed. It is nothing but a humble brag about wealth. God doesn’t make people wealthy. In fact, the wealth and greed of one person has a direct correlation to the poverty of their brothers and sisters around the world, including Nicaragua. Collectively, the private jets and big SUVs and even disposable diapers of the relatively wealthy emit so much carbon that climate change is now causing more frequent and stronger hurricanes – like Eta and Iota – which in turn put your Nicaraguan brothers and sisters out of house and home, literally. Poor countries pay the cost for the wealth that rich countries enjoy.

Today is Thanksgiving in the U.S., and I know there will be a lot of posts about being #blessed. Let me tell you what I am grateful for today:

I’m grateful that my Community and I have been able to contribute in a small way to the work being done by friends of ours and their family in San Lorenzo, Nicaragua to help thousands of people stranded, homeless, and hungry. They have been working day and night for two weeks to help folks who were evacuated from their homes and cut off from relief efforts by risen rivers and washed out roads. This family’s team has raised money, bought and made food, bought mattresses and black plastic and worked with the Nicaraguan authorities to distribute it all as fast as they could.

I am grateful that our little Rotary Club in Ciudad Sandino has contacts in the U.S. that care about Nicaragua so much that when we wrote them asking for contributions to help farmers replant their ruined bean crops, they raised more than the goal we set to help 100 families avoid hunger.

I am grateful that our organization was able to receive two containers of donations from organizations in the U.S. and distribute goods where they are needed most – including to emergency shelters through the Ministry of the Family in Bilwi, where there is not a single building left undamaged by the two storms. I am also grateful that my daughters spent their day helping Diana sort and pack clothing.

I don’t believe that anyone gets rich by God’s grace. In fact, I believe in the preferential option for the poor, in the belief that the Divine stands on the side of the poor; therefore we must as well. In fact, we not only must stand on the side of the poor but actively change society and government to end injustice and poverty.

So this Thanksgiving, don’t bother to post about being #Blessed, rather make a choice to stand on the side of the poor and work to eliminate poverty for all. – Becca

If you’re looking to support Nicaraguans affected by the recent hurricanes, the Jubilee House Community is working with folks on the ground to channel funding and material aid where it’s needed most, more here: https://jhc-cdca.org/hurricane-relief/

Evacuación de comunidades antes del Huracán Iota Foto: JP+

Evacuación de comunidades antes del Huracán Iota Foto: JP+

 Día de Acción de Gracias: No Hashtag Bendecida

Después de que publiqué en las redes sociales sobre la destrucción de Nicaragua por los huracanes consecutivos Eta e Iota, alguien comentó: "¡Qué bendición que no vivo allí!"

Gran parte de mi vida durante los últimos 20 años ha sido trabajar para educar a las personas del norte global sobre las realidades en Nicaragua, y entiendo que la mayoría de las personas en el Primer Mundo desarrollado no tienen experiencia con el Tercer Mundo y, por lo tanto, me esfuerzo por no juzgar, y trato de encontrarlos donde estén. Pero cuando leí ese comentario, comencé a enojarme mucho.

Estoy acostumbrada a recibir compasión: "¡Oh, Dios mío, pobrecitos!" - y aunque sentir lástima es ciertamente desagradable, es un gran paso adelante de la reacción, "Gracias a Dios que no soy yo quien está sufriendo.”

Después de considerarlo un poco, creo que este sentimiento se puede describir mejor como la "mentalidad de #Bendecida." Un ejemplo, “Lleno de dicha y agradecimiento hacia Dios, un sueño más cumplido #HiluxSR2021 #Bendecido!” Es la idea de que te mereces todo lo que tenés porque Dios te ama más. Si tenés esa actitud, cuando escuchás que a la gente no le va tan bien - por ejemplo, después del huracán Iota en Nicaragua 21 personas muertas, 12,000 personas todavía en refugios de emergencia, miles que perdieron sus cultivos de alimentos - podrías decir, “Dios mío, gracias a Dios ese no soy yo, soy #bendecido” y seguís adelante con tu vida mientras tus hermanos y hermanas sufren.

Esta mentalidad de “bendecido”  no debe confundirse con gratitud, ni siquiera con ser realmente bendecido. No es más que un humilde alarde de riqueza. Dios no hace rico a nadie. De hecho, la riqueza y la codicia de una persona tienen una correlación directa con la pobreza de sus hermanos y hermanas en todo el mundo, incluida Nicaragua. En conjunto, los vuelos privados y las camionetonas e incluso los pañales desechables de los relativamente ricos emiten tanto carbono que el cambio climático ahora está provocando huracanes más frecuentes y más fuertes, como Eta e Iota, que a su vez literalmente sacan a sus hermanos y hermanas nicaragüenses de casa. Los países pobres pagan el costo de la riqueza que disfrutan los países ricos.

Hoy es el Día de Acción de Gracias en los EE. UU. y sé que habrán muchas publicaciones de #Bendecida. Déjame decirte de lo que estoy agradecida hoy:

Estoy agradecida que mi Comunidad y yo hayamos podido contribuir en pequeña medida al trabajo que están haciendo amigos nuestros y sus familiares en San Lorenzo, Nicaragua para ayudar a miles de personas varadas, sin hogar y hambrientas. Han estado trabajando día y noche durante dos semanas para ayudar a las personas que fueron evacuadas de sus hogares y aisladas de los esfuerzos de socorro por los crecientes ríos y las carreteras arrasadas. El equipo de esta familia ha recaudado dinero, comprado y elaborado comida, ha comprado colchones y plástico negro y ha trabajado con las autoridades nicaragüenses para distribuirlo todo lo más rápido posible.

Estoy agradecida que nuestro pequeño Club Rotario en Ciudad Sandino tenga contactos en los EE. UU. que se preocupan tanto por Nicaragua que cuando les escribimos pidiéndoles contribuciones para ayudar a los productores a volver a sembrar sus cultivos de frijoles perdidos, recaudaron más de la meta que nos propusimos para ayudar a que 100 familias evitan el hambre.

Estoy agradecida que nuestra organización haya podido recibir dos contenedores de donaciones de organizaciones en los EE. UU. y distribuir bienes donde más se necesitan, incluso en refugios de emergencia a través del Ministerio de la Familia en Bilwi, donde no queda ni un solo edificio sin daños por las dos tormentas. También estoy agradecida que mis hijas pasaran el día ayudando a Diana a clasificar y empacar la ropa.

No creo que nadie se haga rico por la gracia de Dios. De hecho, creo en la opción preferencial por los pobres, en la creencia de que lo Divino está del lado de los pobres; por lo tanto, nosotros también debemos ponernos al lado de los pobres. De hecho, no solo debemos estar del lado de los pobres, sino también trabajar activamente para cambiar la sociedad y los gobiernos para acabar con la injusticia y la pobreza.

Así que este Día de Acción de Gracias, no publiqués sobre ser #Bendito; en su lugar, tomá la decisión de ponerse del lado de los pobres y trabajar para eliminar la pobreza para todos. – Becca

Si estás buscando apoyar a los nicaragüenses afectados por los recientes huracanes, la Jubilee House Community está trabajando para canalizar fondos y ayuda material donde más se necesitan, más información aquí: https://jhc-cdca.org/hurricane-relief/

Becca Mohally Renk