Navigating Nicaragua

Sidelining Ourselves: Power Dynamics in the Fight Against Poverty

By Becca Renk

[Español abajo] Casa Ben Linder is a project of the JHC-CDCA. Find out how you can support our work here.

Here’s the dirty little secret about development work: It’s all about power.

Especially if it’s done right.

Here’s what I mean: Poverty is not just a lack of money. Poverty is a lack of power. Being poor means not having enough power to meet your basic needs. Fighting poverty is not the same as alleviating the symptoms of poverty such as lack of food, housing, and clean water. A true fight against poverty involves social justice; in other words, working to transfer power to the poor. 

This is inherently a political act: transferring power from those of us with too much of it to those with not enough of it. This process is necessarily uncomfortable, and, to be completely honest, really hard. 

Thirty years ago, the Jubilee House Community founded our project, the Center for Development in Central America, and came to Nicaragua not to work for the poor, but to work with them. Since then, our role has been, and continues to be, to help Nicaraguan communities carry out the projects they identify as priorities for their own communities.

All of our projects arise out of needs identified by the community, work toward solutions that come from the communities themselves, and are carried out with active community participation. Our organization does not tell others what to do, but rather listens to needs and then responds as we are able, always in coordination with local leadership and communities.

This approach definitely counts as doing things the hard way. It would be far easier to invent and implement our own “solutions” to Nicaragua’s problems. But that would only deepen the power imbalance, and in the end, it wouldn’t be successful. Instead, our approach to fighting poverty requires us to struggle against our own egos. We know that local communities need to lead the process, and that we as outsiders, while needed, can only help from the sidelines. 

We find ourselves in a constant tug-of-war to wrest control from ourselves and give it to the communities where we work. Our work is essentially sidelining ourselves, and empowering the local communities to decide how the work develops.

In theory, we know this is the right thing to do. Unfortunately, we are human. As humans, we love to have our egos rubbed… my, how we love to be told that we are important! Whenever I begin to feel that smugness creep in, I recognize this is a call to check myself and re-center yet again – focusing on Nicaraguan communities, NOT me.

Our job is to be in partnership with communities, and to let Nicaraguans lead that partnership. To stand in solidarity with them, help them get access to the resources and power they need to make their projects a reality, and let them run the show. If we do it right, every day we’re working hard to work ourselves out of a job.

-Becca Renk is originally from the U.S. but has been living in Nicaragua and working with the JHC-CDCA in Ciudad Sandino for more than 20 years. Becca coordinates the education projects of the Casa Benjamin Linder.

*The JHC-CDCA is has just concluded a visioning process for the next 5 years and to jump start that work, our goal is to raise $50,000 by the end of September. You can help through a recurring monthly donation or a one-time donation here. Find out more about our campaign here.

The ideas above are inherent to the JHC-CDCA’s approach to sustainable community development work and have been influenced by many wonderful thinkers. This blog in particular was sparked by the book Doing Global Health Work by Kirk Scirto, MD, MPH.

Ubicandonos al Margen: Las Dinamicas de Poder en la Lucha Contra La Pobreza

[English above] Casa Ben Linder es un proyecto de la JHC-CDCA. Cómo puedes apoyar nuestro trabajo? Lea aquí.

Éste es el pequeño y sucio secreto del trabajo de desarrollo: Se trata de poder.

Sobre todo si se hace bien.

Esto es lo que quiero decir: La pobreza no es sólo la falta de dinero. La pobreza es la falta de poder. Ser pobre significa no tener suficiente poder para satisfacer las necesidades básicas. Luchar contra la pobreza no es lo mismo que aliviar los síntomas de la pobreza, como la falta de alimentos, vivienda y agua potable. Una verdadera lucha contra la pobreza implica justicia social; en otras palabras, trabajar para transferir poder a los pobres.

Esto es intrínsecamente un acto político: transferir poder de los que tenemos demasiado a los que no tienen suficiente. Este proceso es necesariamente incómodo y, para ser completamente honesta, muy dificil.

Hace treinta años, Jubilee House Community llegó a Nicaragua no para trabajar para los pobres, sino para trabajar con los pobres. Desde entonces, nuestro papel ha sido, y sigue siendo, ayudar a las comunidades nicaragüenses a llevar a cabo los proyectos que ellos mismos identifican como prioritarios.

Todos nuestros proyectos surgen de necesidades identificadas por la comunidad, encuenntran soluciones que surgen de las propias comunidades y se llevan a cabo con la participación activa de la comunidad. Nuestra organización no dicta a las comunidades lo que tienen que hacer, sino que escucha las necesidades y luego responde dentreo de nuestras posibilidades, siempre en coordinación con los líderes y las comunidades locales.

Sin duda, este enfoque supone hacer las cosas de la manera más difícil. Sería mucho más fácil inventar y aplicar nuestras propias «soluciones» a los problemas de Nicaragua. Pero eso sólo profundizaría el desequilibrio de poder y, al final, no tendría éxito. En lugar de eso, nuestro enfoque de la lucha contra la pobreza requiere que luchemos contra nuestros propios egos. Sabemos que las comunidades locales deben liderar el proceso y que nosotros, que venimos desde afuera, sólo podemos ayudar desde las margenes.

Nos encontramos en un tira y afloja constante para arrebatarnos el control y dárselo a las comunidades en las que trabajamos. Nuestro trabajo consiste esencialmente en ubicarnos al margen y dar poder a las comunidades locales para que ellos decidan cómo se desarrolla el trabajo.

En teoría, sabemos que es lo correcto. Pero por desgracia, somos humanos. Como humanos, nos encanta que nos froten el ego... ¡cómo nos gusta que nos digan que somos importantes! Cada vez que empiezo a sentir esa petulancia, reconozco que es una llamada a controlarme y volver a centrarme de nuevo, centrándome en las comunidades nicaragüenses, NO en mí.

Nuestro trabajo consiste en asociarnos con las comunidades y dejar que los nicaragüenses dirijan esa asociación. Solidarizarnos con ellos, ayudarles a acceder a los recursos y el poder que necesitan para hacer realidad sus proyectos, y dejar que ellos dirijan. Si lo hacemos bien, cada día estaremos trabajando duro para quedarnos sin trabajo.

-Becca Renk es originaria de EE.UU. pero lleva más de 20 años viviendo en Nicaragua y trabajando con la JHC-CDCA en Ciudad Sandino. Becca coordina los proyectos educativos de la Casa Benjamin Linder.

Las ideas anteriores son inherentes al enfoque de la JHC-CDCA para el trabajo de desarrollo comunitario sostenible y han sido influenciadas por muchos pensadores maravillosos. Este escrito en particular fue inspirado por el libro Doing Global Health Work de Kirk Scirto, MD, MPH.

JHC-CDCA